Cuando te enfrentas a la tarea de capturar una fotografía de un sujeto estático, como un paisaje sereno, un retrato tranquilo o producto, el enfoque es crucial para lograr una imagen nítida y bien definida. En estos casos, el enfoque automático de un solo disparo, conocido como AF-S, emerge como la elección ideal.
AF-S es como el pintor que, con precisión y cuidado, define los contornos y detalles de una obra de arte. Al seleccionar el modo AF-S en tu cámara, estás asegurando que el enfoque se bloquee en el momento en que presionas el botón del obturador a la mitad. Esto significa que la cámara enfocará una vez y mantendrá ese enfoque fijo, sin importar cuánto tiempo pase antes de que captures la imagen.
La importancia radica en su capacidad para garantizar que tu sujeto estático esté siempre nítido y claro en la imagen final. Al eliminar la posibilidad de que la cámara cambie de enfoque accidentalmente, puedes concentrarte en componer la imagen de manera creativa y capturar la esencia del sujeto con precisión y detalle.
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